Visitantes de las Baleares - ¿Estamos saturados?
Un importante periódico británico ha informado recientemente de que las Baleares se unirán a la isla de Lanzarote en la limitación del número de visitantes que aceptan para evitar la saturación durante los periodos vacacionales más populares. Un concepto audaz e inusual, pero ¿se hará realidad?
Según informa el Daily Mirror, Ibiza, Mallorca y Menorca han puesto límites a las plazas durante la temporada de verano y el Gobierno de las Islas Baleares ha anunciado un "techo absoluto" en cuanto al número de turistas en el futuro. Las cifras muestran que las islas atrajeron a 16.475.579 veraneantes en 2022, algo menos de 400 menos que antes de la llegada de 2019 y el máximo propuesto para el futuro. El número de turistas en 2018 superó esta cifra en unos 76.000, alcanzando un máximo histórico.
El consejero de Turismo de Baleares, Iago Negueruela, ha declarado lo siguiente: "Creemos que es factible tener más ocupación con menos turistas. El número de visitas alcanzado este año es un máximo que no debe superarse, sino que debe tender a disminuir. Debe haber una clara tendencia a la reducción de plazas turísticas". Entre las medidas propuestas figuran un mayor fomento del turismo durante todo el año y un desplazamiento hacia destinos insulares menos conocidos, tanto para promover la sostenibilidad como para reducir el impacto de las limitaciones.
Los ministros del Gobierno confían en que los importantísimos ingresos puedan aumentar al mismo tiempo que el número de visitantes, al menos durante la temporada alta, sigue disminuyendo. El periódico español Ultimahora informó de que el plan consistía en reducir el número de visitantes en los meses de verano, cuando "la sensación de saturación se ha vuelto asfixiante tanto para los residentes como para los turistas". Para evitar el tipo de saturación que ha experimentado Lanzarote, se dice que Ibiza, Mallorca y Menorca se están centrando en la calidad más que en la cantidad, y se especula con la posibilidad de que algunos alojamientos vacacionales de categorías inferiores corran peligro de cierre. ¿Qué significa esto para el futuro de las vacaciones y los visitantes en Ibiza?
El aburguesamiento y la mejora continua de los alojamientos vacacionales en complejos tradicionalmente familiares está atrayendo, sin duda, a un visitante nuevo y más sofisticado. Ibiza, que siempre ha sido el destino favorito de los clubbers con una buena renta disponible, se ha convertido en los últimos años en el lugar donde retirarse y deleitarse con el bienestar de la mente, el cuerpo y el espíritu. Un pasatiempo que inevitablemente tiene un coste. El efecto que las nuevas propuestas tendrán sobre la disponibilidad puede, irónicamente, impulsar la demanda de vacaciones independientemente del precio, y las limitadas dimensiones de Ibiza sólo servirán para aumentar su atractivo general.
Hasta ahora, la isla ha estado sujeta a las limitaciones derivadas de una temporada de verano corta, pero con el crecimiento de las villas y apartamentos de propiedad privada esto puede ampliarse para atraer a visitantes de temporada baja que buscan nuevas experiencias en la isla. Todo esto depende, por supuesto, de la oferta de vuelos, así como del desarrollo de una infraestructura de apoyo al turismo de invierno y, en este sentido, Ibiza y Menorca pueden tener más camino por recorrer que su vecina mayor, Mallorca.
Sin embargo, es probable que los esfuerzos de las autoridades por equilibrar la ocupación resulten inestimables para la economía y sirvan para hacer subir el precio de la propiedad en estas elitistas y muy preciadas joyas del Mediterráneo.
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